

“Yo siempre he sido un artista bastante universal”, le cuenta Danny Ocean a Apple Music en referencia a las canciones de Babylon Club, su cuarto álbum. “Me encanta el trabajo de hacer música, pero además me fascina tratar de ver y analizar todas las experiencias por las que pasa la gente. Si uno de tus objetivos es conseguir el éxito masivo, entonces tienes que estudiar, saber lo que está pasando en el mundo, estar al día y hacerle caso a tu intuición”.
Es una tarea que el cantautor nacido en Caracas ha sabido desempeñar gracias a su extraordinario talento para combinar melodías pegajosas con letras intimistas. Ocean compuso su primer gran éxito, “Me Rehúso” (2016), durante el día de San Valentín, inspirándose en sus vivencias personales y la distancia que lo alejaba inexorablemente de su enamorada. “Mi música se ha basado siempre en una estructura sencilla, un plano en el que tengo la libertad de decirlo todo, pero al mismo tiempo no digo nada”, explica. “Trato de usar contextos y palabras con las que se pueda identificar todo el mundo. Siento que quienes terminan siendo globales han entendido el concepto de que para poder ser universal, también tienes que pensar de una manera universal”.
Esta pluralidad se manifiesta en los temas de Babylon Club. Su primer sencillo, “Imagínate”, a dúo con el colombiano Kapo, se volvió viral gracias a un suave ritmo con sabor a Afrobeats y una letra abrasadora sobre amores felices y playas tropicales. La identidad venezolana del cantante ocupa un rol protagónico en las letras, pero su música absorbe con naturalidad la estética del pop latino de la última década. “El hecho de hablar en tu jerga no significa que no puedas ser universal”, aclara. “La forma la puedes moldear y cambiar como tú quieras, pero eso no es así con el trasfondo de tu propuesta. El trasfondo es tu guía, tu camino, tu lucero. Creo que mis canciones conectan cada vez más, tanto con las personas venezolanas que están fuera de su país, como con las que se quedaron en él, y ambas aprecian ese sentido de pertenencia. El arte también sirve para ubicarnos en el tiempo y el espacio”.
No es casualidad que el espíritu pegajoso de este material haya llamado la atención de otras estrellas de Latinoamérica que eligieron trabajar con Ocean. El álbum incluye colaboraciones de alto voltaje, desde el flow inconfundible de Arcángel en “Arena” hasta el desparpajo caribeño del dominicano El Alfa, que le agrega un chispazo de merengue a “Pirata”. La mexicana Kenia Os le imprime su sensualidad a “AyMami”, mientras que el panameño Sech se suma a la adrenalina sincopada de “Priti”.
“Mi gran tarea es ir al estudio y nunca olvidar que el objetivo principal es divertirse”, afirma. “Yo quiero vacilar y tripearme en el estudio. Mi obsesión es con la música, no con todo lo que pasa a mi alrededor. La fama es una consecuencia, no la intención original. Por supuesto que uno como artista quiere que sus creaciones se propaguen, eso es una felicidad enorme. Pero mi foco es ir al estudio, hacer la mejor canción que pueda y descubrir ciertas cosas en la música que todavía no he experimentado; mantenerme fresco ahí. Para ser honesto, mi prioridad es todo lo que está del lado del arte y no lo que pasa afuera de él”. A continuación, Danny Ocean nos habla de cinco temas fundamentales de Babylon Club, uno por uno.
Pirata ft. El Alfa
“Estábamos en el estudio con unos muchachos que colaboraban conmigo por primera vez. Probamos un tema que no funcionaba, y entonces les pedí que cambiáramos el vibe para ver qué pasaba. Así echamos la pista de ‘Pirata’. Me puse a pensar cómo sería estar en un barco, navegando por las islas del Caribe y hablando con una chica. El coro es muy de bebé, muy melódico, y nos salió así naturalmente. Después me encontré con El Alfa en el Premio Lo Nuestro y le conté que paso mucho tiempo en la República Dominicana porque mi novia es de ahí. Le dije que tenía una canción que estaba demasiado fresa, y que necesitaba a alguien que le pusiera un poco de sazón. Después nos escribimos, me dijo que le encantaba y que le diera un par de días para grabarla. Está cool, porque le sumó la vibra del merengue. Hizo un gran trabajo”.
Arena ft. Arcángel
“Estaba en el estudio de Miami en la cabina. Ese día hicimos tres canciones; esta fue la última y la hice en modo freestyle. No me veía grabando un segundo verso, me parecía que era una colaboración, y entonces se la mandamos a Arcángel, que le tiene un gran amor a Venezuela. Él es leyenda. Me mandó su versión y yo intercambié su verso; o sea, empecé su verso desde atrás hacia adelante, y funcionó muy bien. Le escribí y le di las gracias por sumarse a este proyecto”.
Crayola
“Quería que la última canción del disco fuera escrita para Venezuela. Le dije al productor Manuel Lara, ‘marico, me encanta la salsa que has hecho, y yo nunca he hecho una salsa así, como legit. Tengo un tema que podría quedar muy lindo si lo hacemos en salsa’. Le fascinó, armamos todo, y yo a Manu no le hice ni un comentario. Me dije, ‘fuck it, yo quiero despedir mi álbum así’”.
Imagínate ft. Kapo
“Estábamos en Miami con Kapo, fuimos al estudio y en cuatro horas salió este temazo. Le fue demasiado bien. Fue uno de esos cuentos en los que la canción me gustaba, pero no me mataba y tenía dudas al respecto. Me preguntaba si la podría cantar en la tarima. Pero si todos confían, yo voy con ustedes, me quedo en paz. Y miren, calladísimo la boca me dejó esta canción [risas]. La música es como la vida: está llena de ironía, y hay vainas que uno no entiende. Y eso también es hermoso”.
Corazón
“Es como una prima de ‘Volare’. El Manu me dijo: ‘no vayamos al estudio todavía. Vente para la terracita, nos compramos unas cervezas, sacamos la guitarra y chill. Si sale algo, vamos y lo maquetamos’. Es una historia sobre un one night stand, pero termina con la idea de que el pana se enamora realmente de esta persona; se enamora de su corazón, su forma de ser. Tiene un poco de flamenco, pero no es flamenco. Y tiene algo de música mexicana, aunque tampoco es eso. Es una canción muy pop. Ni yo mismo la entiendo, pero me encanta porque tiene un sentimiento muy auténtico”.